jueves, 21 de enero de 2010

El papel que desempeña la mujer en La Ilíada, El Proceso y El Extranjero

Dánae Jimena Valle

Desde un principio, la mujer ha sido un tema de controversia para los seres humanos, desde aceptar la igualdad entre un varón y una mujer, hasta el tipo de vida, profesiones o derechos que puede recibir una fémina. La mujer se puede ver desde la Biblia con el comienzo de la misma creación del mundo “Y creó Dios al hombre […]; varón y hembra los creó” (La Biblia, VRV 1960, Génesis 1.27) y también se puede observar el control y la importancia del hombre sobre la mujer en la misma escritura “A la mujer le dijo: […]. Desearás a tu marido y él te dominará.»” (La Biblia, NVI, Génesis 3.16), pero ¿para qué fue creada la mujer, según la misma Biblia? “Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»” (La Biblia, NVI, Génesis 2.18). La Biblia es uno de los escritos que más ha influenciado a la humanidad, y los cristianos afirman que es el camino correcto de vida, pero la mujer ha sufrido muchos cambios a lo largo de la historia y siempre se ha considerado un ser inferior al hombre y en algunas ocasiones es hasta valorada como un objeto cualquiera que puede usarse o comprarse.

En este ensayo, pretendo dar a conocer los puntos de vista que hay de las mujeres en los libros La Ilíada, El Proceso y El Extranjero, así como el papel que desempeñan y la influencia que tuvieron en los personajes principales de estas obras.

Nuestra cultura y la sociedad nos han dejado ver que la mujer es importante para el hombre, ya sea por fines amorosos, sexuales, legales o sociales. Comenzando con nuestro primer libro escrito cronológicamente, La Ilíada, en la cual se narra la cólera del Pelida Aquiles y lo que esto ocasionó en la guerra contra Troya, la mujer llega a tener dos tipos de papeles, estos son como diosas y como mortales.

Como diosas, las mujeres llegan a ser papeles fuertes, en donde se demuestra que son astutas, inteligentes, asertivas y usan bien sus ventajas femeninas. Atenea, Hera eran diosas que odiaban a los troyanos y por lo tanto participaban en la guerra ayudando a los humanos o disfrazándose de uno mismo, dirigiendo así parte de la guerra, a lo que, los humanos tanto confiaban como temían en ellas. Afrodita por su parte apoyaba a los troyanos y también tuvo mucho que ver en la guerra, además de ser nombrada por Paris, la diosa más hermosa y ofrecerle a Helena, la mujer más bella del mundo en ese tiempo. Aquí es cuando se hace notar el papel de las mujeres mortales, el cual era más débil que el de un hombre y eran más bien tratadas como premios u objetos, incluso por las diosas.
Algunas pruebas del rol de las mujeres mortales se hacen notar en algunos diálogos de Aquiles, en los que él mismo llama a Briseida su trofeo, “[…] El poderoso Agamenón Atrida me ha ultrajado, pues tiene mi recompensa que él mismo me arrebató.»” (Homero, pág. 16) y también podemos notar que habla de la misma manera de Criseida “[…] la saquemos, y el botín que trajimos se lo distribuyeron equitativamente los aqueos, separando para el Atrida a Criseida, la de hermosas mejillas.” (Homero, pág. 18), se puede observar que el autor y los personajes mismos hablan de esta situación como un hecho normal de la vida cotidiana, y es que, así era, hemos recordar que para los griegos, los seres humanos que de verdad tenían importancia eran los mismos hombres y era el verdadero amor entre ellos, la mujer era un instrumento de trascendencia y satisfacción sexual, así ellos podían tener varias esposas, pero sólo un amante (hombre), es decir, era de más importancia un varón que una mujer.

Entonces, el rol que podemos distinguir, puesto que somos humanos, es el de las mujeres como persona y no como deidad. En este caso, no sólo vemos opresión de parte de los varones, sino también de los dioses, quienes usan a las mujeres como mejor les parece y entonces ellas son víctimas de los hombres, los dioses y las diosas, además de otros seres mitológicos como las ninfas (Tetis). Aunque todo esto parece ir mal, las mujeres también aportaron algo bueno a los personajes, tal es Helena, que hizo reconocer a Paris su cobardía y reconocer a los comandantes aqueos cuando se los describía a Príamo en la muralla. Y Andrómeda, esposa de Héctor que lo hace entrar en razón al saber que dejará a su hijo y a su esposa solos si él muere.

En este pequeño análisis de la primera obra, distingo que la mujer que tenía, por llamarlo así, un verdadero poder eran las diosas, aunque ellas también, de algún modo, se regían bajo los dioses masculinos, dejando al a Zeus, el dios de dioses como la cabeza de las deidades. Las humanas en cambio, eran distinguidas por su belleza y su sensibilidad, además de ser recompensas de muchos, los hombres las necesitaban y en mi opinión, no existían verdadero amor entre el hombre y la mujer, era más bien, atracción sexual y sentido de pertenencia, que principalmente esta última era la que ocasionaba las guerras y conflictos entre los hombres.

La segunda obra a observar es titulada El Proceso, escrita por Franz Kafka, una historia en la que un hombre se ve metido en una serie de juicios siendo acusado por un crimen que nunca llega a descubrir. La mujer en esta obra es seductora y llamativa. K se envuelve con cuatro mujeres en la obra, una es Elsa, que es una prostituta a la cual visita constantemente, La señorita Bürstner, una vecina a la que va a visitar para explicarle lo que había pasado en su habitación mientras ella no estaba y en cuanto terminan de hablar la besa “como un animal sediento que bebe con avidez el agua fresca del ansiado manantial” (Kafka, 1983, pág. 47), la esposa del ujier, la cual le coqueteaba pero al final no tuvo nada con ella, simplemente algunas palabras, y finalmente con Leni, la enfermera del abogado, con la que tuvo una relación más cercana.

K. era una persona que estaba investigando su caso y su proceso y descubrir cuál era crimen que había cometido, pero mientras iba preguntado y recopilando información era atraído por la gente que lo rodeaba y perdía su propósito inicial, Leni, fue una mujer que lo acompañó en algunas de sus visitas con las personas que él creía, podían ayudarle y con ella tuvo una relación más intima con caricias y miradas, pero no sentía verdadero afecto, de hecho no sentía afecto por ninguna mujer, sólo las veía como otro medio más para llegar a donde él deseaba “Parezco reclutar mujeres en condición de ayudarme […] Primero la señorita Bürstner, luego la esposa del ujier y ahora esta pequeña enfermera que parece tener una incomprensible necesidad de mí” (Kafka, 1983, pág. 130). Al enterarse que Leni se juntaba con todos los culpables porque le parecían guapos la dejó.

Al ver la actitud de K. me doy cuenta de que él no estaba interesado en querer o amar realmente a una mujer, simplemente era una herramienta para satisfacer sus necesidades sexuales y proporcionarle placer, incluso se podría decir, para no aburrirse y tener que escuchar discusiones que para él no tenían sentido. La mujer para él no representaba nada más y en el libro no se menciona el afecto tal cual o pensamientos de considerar una pareja o una esposa, es completamente indiferente en cuanto a este tema.

En tercer y en último lugar está El Extranjero, de Albert Camus, publicado 17 años después que El Proceso, en esta obra se muestra a un hombre (Meursault) completamente indiferente a la vida, tras la muerte de su madre su vida sigue siendo completamente la misma, no muestra signos de tristeza ni melancolía, y después es acusado por matar a un hombre y es llevado a juicio, pero él no tiene ni el deseo de salir ni de quedarse ahí, simplemente sigue la ley como se lo piden, explicando la verdad sin nada más que agregar u ocultar.

La mujer en esta obra se enfoca solamente en una: Marie Cardona, una compañera de trabajo de Meursault, la cual había deseado. Tras un ligero coqueteo el hombre logra hacerse con la mujer y se vuelven amantes, sin ninguna intensión formal, salen juntos y tienen relaciones sexuales, pero Meursault no desea nada más con Marie, aunque ella le pregunta constantemente si la quiere para Meursault no representaba nada amar a alguien.
Me preguntó entonces si la quería. Contesté, como ya había hecho una vez, que nada significaba eso, pero que ciertamente no la quería. « ¿Por qué te casarías entonces conmigo?», dijo ella. Le expliqué que la cosa no tenía importancia alguna, pero que si ella lo deseaba podíamos casarnos. Además era ella la que lo preguntaba y me limitaba a responder que sí. Comentó ella que el matrimonio era una cosa seria. Respondí: «No». Se calló un momento y me miró en silencio. (Camus, 1971, 46)

Podemos observar que Meursault era completamente indiferente al hecho de permanecer junto a una mujer, porque finalmente Marie no era la única en su vida y al estar en prisión se dio cuenta de esto “Me atormentaba, por ejemplo, el deseo de una mujer. Era natural, dada mi juventud. No pensaba nunca particularmente Marie. Pero pensaba con tal intensidad en una mujer, en las mujeres, en todas las que había conocido, en todas las circunstancias en las que las había amado, que mi celda se llenaba con todos los rostros y se poblaba de todos mis deseos.” (Camus, 1971, 81). Finalmente lo que él deseaba era cumplir todos esos deseos y la idea de una sola mujer no le satisfacía.

Al final, termina recordando lo que había pasado y nombrándolos a todos culpables de lo que habían hecho, tanto a alguien que no había llorado en el entierro de su madre, como a Marie por querer casarse con él, como si el perro de Salamano valía lo mismo que su propia mujer. Terminó recordando a su madre y que ella “se había echado a un «novio», por qué había jugado a recomenzar” (Camus, 1971, 124), Aún así Meursault decidió recomenzar, podía escoger o no una nueva “Marie”, finalmente no tenía importancia si la quería o no, de todos modos, una mujer no significaba nada especial en su vida.
En esta reflexión, puedo percibir que la mujer, una vez más es simplemente un objeto el cual se puede aceptar, rechazar, usar, reusar o desechar, amar a una mujer no tiene mayor relevancia en la vida de este personaje y puede o no ocurrir, puede desear a alguien en algún momento, pero ese deseo llegará a un fin temprano o tardío, de todos modos no importará.

Al observar las tres obras me doy cuenta que los autores coincidían en que permanecer junto a una sola mujer en perfecto matrimonio como nos deja ver la sociedad hoy en día no era una prioridad para ellos. Retomando la introducción acerca de la Biblia me doy cuenta que desde el inicio la mujer ha sido sometida al hombre y puede que en cierto caso no exista igualdad completa como parte de la sociedad ha intentado hacernos ver y que la mujer ha sido creada para auxiliar al hombre, lo que me deja ver que también es posible que no exista cierto amor puro entre ambos sexos. En cuanto a la cuestión de una o varias mujeres, depende más de la cultura que uno quiere aceptar.

También he percibido que la sociedad siempre está presente, al igual que la época, y que no existe cierta verdad en cuanto al amor mutuo de una pareja de ambos sexos, el mundo cambia constantemente y es posible que este cambio nunca tenga fin. En la Ilíada las mismas mujeres conocían lo que representaban en esa época, tanto las esposas como las concubinas, las reinas y las diosas, de acuerdo a la sociedad en cierto punto era correcto todo lo que hacían y marcar a las mujeres como premios, aunque ellas siempre marcaron el lado sensible y comprensivo de los personajes. En el Proceso, K. no tenía un propósito fijo, primero lo tenía, pero después se perdía de su objetivo en cada lugar que iba y ya que él estaba más preocupado en encontrar el dichoso crimen, no planeaba casarse o permanecer junto a una mujer, porque finalmente era igual que él, le agradaban tantos hombres como a él le agradaban las mujeres. En El Extranjero, la mujer era también vista como un objeto para satisfacer los deseos de su cuerpo a diferencia de La Ilíada en la que todos eran influenciados por la sociedad, y en El Proceso que era influenciado por todas las sociedades, Meursault no era influenciado por ninguna, conocía a una pareja casada y él conocía del matrimonio, pero finalmente ese no fue un tema que a él le interesara.

Estas tres obras reflejan completamente la aceptación, el rechazo o la pertenencia de una mujer en la vida de un hombre.


BIBLIOGRAFÍA

Camus, A. (1999). El Extranjero. España: Alianza / Emecé.
Homero. La Ilíada . México: Nuevo Talento.
Kafka, F. (1983). El Proceso. México: Editores Mexicanos Unidos.

Disposición a la muerte en La Íliada, El Extranjero y El Proceso

En este ensayo, quiero dar a exponer las diferentes disposiciones hacia la muerte que tienen los personajes de las tres obras leídas en clase (La Ilíada, El Extranjero y El Proceso) y como los tres autores, difieren en sus ideas sobre morir, al inicio y al final de sus historias uno con el otro, en El Extranjero ya que al personaje principal, no le importaba nada, pero al final ya que sabe que está condenado a muerte, se empieza a interesar por su vida y comienza a luchar (en la obra no se menciona si muere o no, pero da a entender que si lo matan), mientras que en El Proceso, el personaje, acaba aceptando su muerte cuando durante toda la historia, luchaba para demostrar que era inocente y no quería morir (cabe mencionar que él nunca sabe que crimen cometió). En La Ilíada, como se apoyan mucho en los dioses y mitología, aceptan el destino y a veces luchan contra él, pero al final el destino los alcanza y mueren.

Comenzaré analizando a los personajes de La Ilíada, pero en esta historia, hay tantos personajes principales, tantos puntos de vista de la muerte y muchas más cosas así, que si nombro todos, acabaría después de la entrega de este ensayo, por lo que me veo “obligado” a reducir la lista de personajes a sólo uno y el personaje que elegí fue a Héctor, el valiente guerrero troyano (que de hecho no es Troya, sino Íleon y es de ahí de donde viene Ilíada) que combate junto con su hermano pequeño Paris contra el gran ejército de Grecia y lucha contra Aquiles ya que mató a Patroclo (amante de Aquiles) y por lo tanto, Aquiles quería la venganza.

En el canto ## menciona que cuando Héctor va a luchar contra Aquiles, tiene miedo ya que ha escuchado y visto que Aquiles, es una clase de súper guerrero invencible y que está apoyado por los dioses, entonces Héctor, se pone a correr alrededor de Troya para escapar de Aquiles, después de haber dado tres vueltas, los dioses se percatan de lo que está ocurriendo y Atenea se transforma en uno de sus hermanos y le dice que todo está bien, que se detenga y peleé con Aquiles. Más adelante, llega Aquiles al lugar de combate y se encuentra con Héctor, en eso, Héctor se voltea y no ve a su hermano (ya que era sólo una aparición hecha para que el destino lo alcanzara) y se da cuenta de que los dioses lo han abandonado, y se lo menciona a Aquiles.

Regresando al momento en el que Héctor estaba corriendo (los dioses, son los que marcan el destino de las personas, transformándonos en marionetas o personajes de una gran obra), en el Olimpo, se desataba una discusión entre Zeus, Ares y Atenea para ver quién iba a ser el vencedor entre Héctor y Aquiles, al final Zeus decide que es hora de que Héctor muera y manda a Atenea para que tome la forma del hermano de Héctor (lo que ya mencionamos en el párrafo anterior).

Esto, nos deja ver que Héctor asumió su destino (morir en esa batalla) ya que los dioses habían decidido que eso era lo que tenía que pasar, pero aun así, las personas luchan para ser superiores a sus superiores y por lo tanto, Héctor lucho contra Aquiles para intentar contradecir a los dioses y probar que estaban equivocados, pero al final de la batalla, el resultado fue el que los dioses predijeron, Héctor murió y con esto se desató una serie de eventos que dieron lugar al caballo de Troya (un regalo de los griegos a “los dioses” en el que estaban escondidos unos guerreros que más tarde pusieron fin a Troya) y al fin del imperio troyano (los eventos anteriores, no son mencionados en La Ilíada).

En la segunda parte voy a hacer referencia a El Extranjero de Albert Camus. En esta historia, el personaje principal muestra ideas nihilistas que consisten en que no encuentras el sentido de la vida y no muestras empeño en buscarlo, mientras que los existencialistas, no saben por qué viven, y buscan un motivo para vivir. Durante la historia, muere su madre (esto sucede justo al inicio de la historia) y a Meursault (el protagonista de la novela) le parece que es una pérdida de tiempo el ir al funeral de su mamá, pero aun así, va con autorización de su trabajo con las palabras “no es culpa mía” lo que nos quiere decir que culpa a su mamá por morir y no es problema suyo, mostrándonos su indiferencia simplemente por un miembro muy importante de su familia.

Seguí leyendo la obra y me di cuenta de que le proponen matrimonio, a este suceso que seguramente la gran mayoría de las personas reaccionarían con emoción, sorpresa y otros sentimientos que no se pueden describir, Meursault, responde que como ella quiera dando a entender que a él no le importa si ella es una buena persona, mala o como sea, él simplemente se va a casar y ya. Más adelante, nos damos cuenta de que asesina a un árabe (esto, también puede hacernos ver que le afecta la religión o el país de origen o cosas de ese tipo), es por esto que lo meten a la cárcel y Meursault vuelve a reaccionar con indiferencia. El asesinato del árabe, lo llevo hasta un juicio para condenarlo a muerte, el juicio continuó y acabo en que sí fue condenado a la guillotina.

Todo esto fue para describir un poco de que se trata la novela, pero es ahora cuando voy a exponer como se dispone a la muerte. Durante toda la historia, la sociedad quiso cambiarle el punto de vista (quitarle la idea del nihilismo), pero todos los esfuerzos eran en vano ya que Meursault, tenía bien identificado que no le interesaba nada. Esto cambió cuando su vida se vio en peligro, en el libro mencionan que parecía que el juicio era por no haber llorado en el funeral de su madre ya que todos los argumentos usados por el juez, eran de su mamá. Después de todo el juicio, lo condenan y llevan a un sacerdote para que logre hacer que Meursault crea en Dios, todo el esfuerzo del sacerdote no sirvieron de nada porque Meursault no creía en Dios y no porque alguien “importante” lo dijera, iba a cambiar su forma de pensar.

Al final de la historia, no se logra distinguir muy bien el cambio del ser nihilista, a ser existencialista, pero Camus, nos da a entender que Meursault se vuelve existencialista por la manera en que lo escribió, esto nos muestra de nuevo, como la sociedad logró cambiar la forma de pensar de una persona, en este caso de Meursault. También, al igual que en La Ilíada, fue la sociedad la que designó el destino del personaje, tal vez en la novela griega, no hubo un juicio en el que se decidió lo que le iba a pasar a Héctor, pero aun así, fueron otros personajes los que decidieron hacia donde iban a ir los dos personajes (Meursault y Héctor). Vuelvo a repetir que en El Extranjero, no mencionan que lo matan, pero se da a entender que si muere.

Hasta ahora, he hablado de dos obras en donde la sociedad decide el futuro de las personas, y en ambos casos, el destino fue la muerte (ese es el destino de todos, pero puede ser que este debía llegar más tarde y la sociedad provocó que sucediera antes de tiempo) y para la siguiente obra El Proceso el final viene a ser el mismo inculcado por las personas alrededor de K.

Comenzare por decir que el libro es de Franz Kafka, un escritor que no quería que sus obras fueran publicadas, también, hay que mencionar que Kafka, nunca se sintió parte de algún lugar, no tuvo el sentido de pertenencia a algo en particular y es por eso que sus novelas están escritas de una manera que todos las pueden entender y por lo tanto se siente raro leer a Kafka.

La novela El Proceso, empieza en el cuarto de K (el personaje principal y del que voy a hablar) cuando se despierta. Franz siempre inicia sus historias con el personaje principal despertando ya que cuando estamos dormidos, es el momento en el que estamos más indefensos. La historia sigue y aparecen dos “policías” que le dicen que está detenido por un crimen (nunca le dicen cuál es el crimen que cometió) por lo que tiene que ir a un jurado para arreglar lo de su condena. Es en ese momento cuando inicia un proceso, un proceso que todos estamos obligados a pasar al menos una vez en nuestra vida, por no decir que estamos en ese proceso desde que nacemos, a lo que me refiero, es a nuestra lucha contra la sociedad (uno de los policías se llamaba Franz, lo que nos hace ver que también somos parte de la sociedad y por lo tanto, luchamos contra nuestros pensamientos) para establecer nuestro punto de vista y defenderlo hasta el final.

Durante todo el proceso de K, va con un abogado, conoce a nuevas personas, se encuentra con su tío, pero nada de esto le ayuda para escapar del proceso. Parecía que el jurado (la sociedad), era el que se quería deshacer de K, y cuando la sociedad dicta algo, son pocas las personas que se pueden oponer con éxito (esas personas son las que logran destacar entre las demás). El proceso continua, y la gente que K conoce sólo le mencionan que lo que hizo fue algo inaceptable, pero no le dicen que fue lo que hizo.

Al igual que la novela pasada El Extranjero, hay un juicio, y la condena final vuelve a ser la muerte. A K, se lo llevan muy lejos para que nadie se entere de su muerte y de quienes lo mataron, una vez que estuvieron lejos, ninguno de los dos “policías” se quería ensuciar las manos matándolo, así que le dieron el cuchillo a K para que se suicidara y nadie tuviera la culpa de su muerte. Los policías al ver que K no se iba a suicidar, decidieron apuñalarlo y así ponerle fin al proceso que no sirvió de nada.

Acabadas de mencionar las tres obras, nos damos cuenta que en cada una de ellas hay un juicio. En La Ilíada no es un juicio de las personas, más bien es un juicio de los dioses que decidieron quien iba a vivir y quien iba a morir, mientras que en El Extranjero y El Proceso, son las mismas personas las que hacen el juicio y dictan la condena; y esas personas fueron puestas en ese cargo por nosotros (personas) lo que nos puede hacer nuestros propios creadores de nuestra destrucción.

Para concluir este ensayo, quisiera dar mi punto de vista (aunque sé que es el que la sociedad me impuso) sobre cuál de las tres obras estuvo bien con respecto a la muerte. En mi opinión, Héctor fue el que tomó una mejor decisión para su muerte. El error de Meursault en El Extranjero, es que al principio no le importaba nada, pero al final empezó a luchar para que no muriera (su lucha final fue lo que me agradó), mientras que Héctor siempre estuvo luchando y buscando formas de vivir mejor. En El Proceso, K siempre luchó por aclarar su proceso y descubrir que él no había cometido ningún crimen (esto es lo bueno de la novela), pero al final, acepta su crimen sin saber cuál fue y no sólo eso, también acepta que lo maten. Es por eso que estoy de acuerdo con La Ilíada, ya que Héctor siempre buscó como vivir de buena manera, incluso cuando sabía que los dioses ya habían decidido que él iba a morir en esa batalla.

Bishop :)

El destino, Aquiles, K. y Meursault

Rosaura Gpe. Vidal Mata
A01128182
El destino, Aquiles, K. y Meursault.
Lenguaje y Literatura I


El destino se define como un poder sobrenatural que guía las vidas de cualquier ser, junto con los sucesos que éstos enfrentan a lo largo de su existir. El destino sostiene que todo lo que está por venir ya está escrito y que no hay acontecimiento alguno que ocurra por mera coincidencia. Tan importante ha sido su influencia sobre la humanidad que claramente se ha visto reflejado en múltiples obras literarias, tales como La Ilíada, El proceso y El extranjero .Por medio del presente ensayo pretendemos realizar un análisis comparativo de las obras anteriormente mencionadas, con él observaremos cómo la presencia del destino afecta a los protagonistas y las respuestas de éstos ante tal factor, para posteriormente, evaluar sus resultados y la naturaleza de los mismos.

Comenzaremos con una breve descripción de nuestras obras, empezaremos con la más antigua cronológicamente hablando, La Ilíada . Éste es un poema épico atribuido a Homero, poeta y rapsoda griego. La fecha de composición de dicha obra es un tanto controvertida, ya que, aun en nuestros días, la creación de ésta misma se considera entre el siglo VI a.C. y la segunda mitad del siglo VIII a.C. La Ilíada, narra los sucesos acaecidos durante los 51 días previos al final de la guerra de Troya, y la cólera de Aquiles, hijo de Peleo y de la ninfa Tetis, para/con Agamenón, líder de los aqueos.

Al Pelida Aquiles se le atribuye el haber sido el más valiente, atractivo y poderoso guerrero de las armadas aqueas en los tiempos de la guerra troyana. En la Ilíada suele ser nombrado como “el de los pies ligeros”, esto debido a que, según Homero, era el más veloz de todos los hombres. Existen varias leyendas entorno a éste prodigioso guerrero, incluyéndose la de que era invulnerable en todo su cuerpo excepto en su talón. “Canta, oh diosa la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos[…]” (Homero, pág. 1) Sin embargo, su vida se vio colmada no solo por gloria, sino por pena en iguales medidas, esto debido a factores varios que presentaremos a lo largo de este trabajo.

Nuestra siguiente obra se trata de El Proceso del escritor austriaco Franz Kafka, ésta obra fue escrita en el año de 1914 . Su trama consta del proceso al cual se ve sometido Joseph K., quien una mañana es arrestado por una causa desconocida y se ve sumido en una especie de proceso en el cual debe defenderse de algo que no sabe qué es. A lo largo de esta historia K. trata de conocer la causa por la cual ha sido arrestado y juzgado por sus jueces, muchos de los cuales también se encuentran en el anonimato.
Joseph K. es un oficinista de banco soltero, el cual vive en una especie de unidad habitacional. K. lleva una vida aparentemente normal y al parecer no se preocupa demasiado por los acontecimientos que ocurren a su alrededor. Pero, una vez se ve enterado de su proceso, conforme avanza en el mismo se comienza a ver atrapado en éste, intentando encontrar una salida a todo esa maraña que muchos llaman “Justicia”, más nadie en realidad conoce qué es la Justicia en su totalidad.
Y finalmente haremos mención de nuestro último libro: El Extranjero de Albert Camus. El extranjero fue escrito en el año de 1942 . Durante de la trama del libro, somos espectadores del crimen que comete el Sr. Meursault, así como del juicio al que éste se ve sometido. Dicho crimen constó del asesinato de un hombre, del cual Meursault se consideraba a sí mismo inocente, aunque jamás dio la menor seña de querer manifestar esto ante su jurado.
Meursault es una persona indiferente a su entorno y a lo que en éste sucede, éste protagonista se muestra ajeno a lo que en la moral respecta. Al parecer no demuestra consciencia alguna sobre las consecuencias de sus actos y no le interesa lo que le suceda a sus seres cercanos, o a sí mismo. Mucho menos se interesa por el resultado que obtendrá del juicio al que se verá sujeto.
Los protagonistas anteriormente mencionados, a pesar de las varias diferencias que presentan entre sí, comparten un grupo de similitudes en particular. Éstas definen el destino de cada uno de los personajes y su lucha personal contra lo que dicho destino dictaba. Entre tales aspectos podemos observar la cólera y la soberbia, la enajenación de los personajes, el escape del destino junto con el papel de un dios o autoridad suprema y el rechazo de la salvación misma.
Tomemos primeramente a la cólera y la soberbia, que si bien no se encuentran presentes en cada momento de la trama, son factores definitivos que marcan el destino de nuestros personajes. Aquiles por ejemplo, despojado de Briseida por Agamenón se deja llevar por la cólera:
[...] Mirándole con torva faz, exclamó Aquiles, el de los pies ligeros: “¡Ah imprudente y codicioso! ¿Cómo puede estar dispuesto a obedecer tus órdenes ni un aqueo siquiera, para emprender la marcha o para combatir valerosamente con otros hombres? No he venido a pelear por los belicosos teucros, pues en nada se me hicieron culpables […], sino que te seguimos a ti, grandísimo insolente, para darte el gusto de vengaros de los troyanos a Menelao y a ti, cara de perro […] Ahora me iré a Ptía, pues lo mejor es regresar a la patria en las cóncavas naves: no pienso permanecer aquí sin honra para proporcionarte ganancia y riqueza (Homero, pág. 4)
Si bien al negarse a llevar a los mirmidones a la guerra a causa de la deshonra que representase la perdida de Briseida, junto con la soberbia que le hizo rechazar la oferta de Agamenón podrían haberle conducido a un fin hasta cierto punto benigno, la cólera misma marca su destino fatal en el momento en que Aquiles decide volver a la batalla para vengar la muerte de Patroclo. “[...] Pues mi ánimo no me incita a vivir, ni a permanecer entre los hombres, si Héctor no pierde la vida, atravesado por mi lanza, y recibe de este modo la condigna pena por la muerte de Patroclo Menetíada” (Homero, pág. 204)
Mas Aquiles no fue el único que, mal aconsejado por la ira, cometiese errores determinantes en cuanto a su destino, K. por su parte, al cometer múltiples actos con muestras claras de soberbia, enfrentándose constantemente con las autoridades que regían sobre su proceso, desde sus simples guardianes “[...] Su evidente estupidez es lo único que les hace estar tan seguros. Un cambio de palabras con un funcionario de categoría semejante a la mía, bastaría para esclarecer la situación, mucho mejor que horas de charla con esta pobre gente”(Kafka, 1914, pág. 66) hasta tomar el control de un juicio sobre su caso “Señor juez de instrucción, usted me ha preguntado –dijo- yo soy pintor de brocha gorda; mejor dicho, usted no me ha preguntado nada [...] Eso es característico del modo como todo este proceso ha sido llevado en contra mía.” (Kafka, 1914, pág. 105)
En cambio, en cuestión a El Extranjero, la cólera de Meursault le hizo tomar medidas más drásticas, las cuales desencadenaron un impulso cuyo producto fue la muerte de un hombre: “En el mismo instante el sudor amontonado en las cejas corrió de golpe sobre mis parpados y los recubrió con un velo tibio y espeso. […] Entonces todo vaciló […] Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver.” (Camus, 1942, págs. 79-80)
En los casos de nuestros protagonistas, la cólera y/o la soberbia, fueron los factores que influyeron principalmente en la manera en la que destino de éstos personajes se llevó a cabo. Puestos que los resultados que se obtuvieron de éstas dieron pie a los demás acontecimientos poco favorables que marcasen su porvenir de un modo hasta cierto punto trágico.
“Después de la tormenta, viene la calma” (Dicho popular) Tras los arranques de éstos “héroes ”, producto de los factores anteriormente mencionados, se vieron privados en gran parte del contacto humano lo cual los condujo a un estado de enajenación, bien por propio deseo o impuesta por la sociedad. “[…] la ley que lo castiga exime al resto de la población (como, al parecer, su contacto es contagioso, la gente que la intriga sitúa en su proximidad – es decir, las mujeres, los ayudantes, los guardianes, etc.- pagan con la pérdida de su patronímico el simple hecho de estar a su lado, aunque conserven su nombre […]” (Robert, 1979, págs. 16-17)
En el caso de Aquiles dicha enajenación fue autoimpuesta, a causa de la soberbia que le embargó luego de su ataque de cólera hacia el líder de los aqueos, razón por la cual se negó a llevar a sus hombres a batalla: “Creo que ni el Atrida Agamenón ni los dánaos lograrán convencerme, ya que para nada se agradece el combatir siempre y sin descanso contra el enemigo […]” (Homero, pág. 110). Aunque el hecho de que Aquiles se apartase del campo de batalla podría haberle conducido a un final benéfico esto mismo dejó implicó que el Pelida perdiese de cierta manera el enfoque general de los sucesos en el campo de batalla. Tal hecho obligándole a tomar la medida de mandar a Patroclo a investigar sobre los mismos, mas esto consiguió recalcar las debilidades a las que su cólera les encaminó.
La situación de K., a diferencia de la del joven guerrero, no fue necesariamente elección propia. Esto se debe primeramente a que desde un inicio, se ve arrancado de su vida cotidiana, y cuando trata de comprender las razones de esto, descubre que la misma sociedad le ha apartado de su seno y que al parecer para esta “No importa si el intento lo conduce a ningún resultado, y es muy improbable que tenga éxito…” (Hoffmann, 1975, pág. 22).
En cuanto a Meursault, éste mismo vive alejado de la sociedad incluso antes de que fuese juzgado por el crimen cometido. “Repitió la frase y dije: “Sí”. Me era indiferente se su camarada y él realmente parecía desearlo.”(Camus, 1942, pág. 46) Esto podría justificar de cierta manera el hecho de que no le diese tanta importancia como debería a su juicio, mucho menos a su encarcelamiento al cual, al final ya se había acostumbrado.
Sin embargo, un cambio ocurre una vez estas personalidades se encuentran completamente solas. Alejadas del resto alcanzan a tener una visión quizás, de lo que el destino les depara. Además de esto la creciente presencia de un juez hasta cierto punto desconocido comienza a tomar papeles más importantes con respecto al porvenir de éstos hombres. Una vez poseen una vaga percepción de tal hecho y del ciclo catastrófico en el cual se han visto envueltos, intentan irremediablemente apartarse de éste sin mayor resultado que demorar el mismo y quizás alargar el tiempo en que deban de sobrellevarlo.
Veamos las acciones del temerario Aquiles, quien por mantenerse alejado del campo de batalla envía a Patroclo en su lugar, cuando éste le pide dejar de lado aquella cólera “[…] Cubre tus hombres con mi magnifica armadura, ponte al frente de los mirmidones, y llévalos a la pelea […] Haz cuanto te voy a decir, para que me proporciones mucha honra y gloria ante los dánaos, y éstos me devuelvan la hermosa joven y me hagan además espléndidos regalos[…]” (Homero, pág. 206). Más a pesar de que su allegado siguiese sus órdenes la decisión de los dioses fue irrevocable, arrebatándole la vida a Patroclo, causándole gran pesar al aguerrido Aquiles.
Por su parte, K., aunque sus jueces y guardianes siguieran juzgándole intenta comprender aquel extraño proceder por parte de las autoridades en su proceso. Conforme avanza la trama K. descubre que aquello que todos denominan Justicia está demasiado alejado de lo que realmente ocurre, desde guardianes corruptos, hasta jueces incompetentes. La búsqueda de la justicia, se vuelve entonces similar a la búsqueda de Dios, la cual bien podría ser infinita. “Da otro gran paso adelante –por desgracia demasiado tarde- cuando, comprendiendo que desconocerá el funcionamiento de la justicia mientras no se conozca a sí mismo, decide cambiar el curso de su proceso escribiendo su autobiografía.” (Robert, 1979, pág. 262). Aun cuando encuentra un camino medianamente seguro donde pisar, K. ya no tenía tiempo suficiente para conseguir salir victorioso en su afronta contra el destino que le dictaba un fin no tan grato y que constantemente le atormentaba con la imposibilidad de acceder a la autoridad máxima y la inutilidad de los procedimientos que continúan infinitamente.
Meursault en cambio, una vez su sentencia ha sido dictada, se opone a ésta misma, no en público, pero al menos en pensamiento, busca desesperadamente una manera en la que su sentencia no podría llevarse a cabo “[…] comprobaba que lo defectuoso de la cuchilla era que no dejaba ninguna posibilidad, absolutamente ninguna. En suma, la muerte del paciente había sido resuelta de una vez por todas.” (Camus, 1942, pág. 143). Luego de su última charla con el capellán, Meursault se ve asaltado por la idea de la existencia de un dios, lo cual viene a quebrar todos sus paradigmas y a alterar su esquiva naturaleza.
A pesar de que nuestros protagonistas han sido llevados al extremo de sus capacidades humanas y no alcanzan a vislumbrar alguna escapatoria ante su inminente destino, se les ofrece una nueva oportunidad para de alguna manera cambiar éste. Sin embargo, aun en las situaciones en que se encontraban, dieron la espalda a aquella última posibilidad, bien por honor o por orgullo, sellando de tal manera sus destinos.
Aquiles en esta ocasión, en medio de su confusión olvida la decisión que había tomado de no volver a la batalla hasta que Agamenón probase la amarga derrota, o que regresaría una vez que el fuego alcanzase las naves. Cegado por la pena Aquiles rompe tal juramento: “Iré a buscar al matador del amigo querido, a Héctor; y sufriré la muerte cuando lo dispongan Júpiter y los demás dioses inmortales […] Conozcan que hace días que me abstengo de combatir. Y tú, aunque me ames, no me prohíbas que pelee, pues no lograras persuadirme.” (Homero, pág. 241).
K., al sólo preocuparse por sí mismo priva a sus protestas de inocencia de una buena parte de su alcance, y en un final simplemente se rinde ante su proceso “¿He de permitir que digan de mi que al iniciarse el proceso pretendía terminarlo, y que al acercarse la consumación no quería sino volverlo a empezar?” (Kafka, 19141 pág. 269) Con tal pensamiento se permitió dirigir hacía el final de su vida, aunque probablemente ese no fuese el final de su proceso.
Y por último, Meursault, quien una vez aceptada su sentencia, se dispone a partir a la misma, rechazado el capellán con su salvación divina, Meursault decide no creer y su único anhelo es que el día de su ejecución haya suficiente gente como para sentir aquel vacio con menor intensidad “Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio” (Camus, 1942, pág. 157)
Luego de los factores anteriormente expuestos podemos observar cómo el destino forma un patrón similar dentro de la historia de estos tres personajes, puesto que muestra elementos similares dentro de los procesos que se llevan a cabo a lo largo de las obras. Si bien el destino de los personajes podría haber sido uno diferente a la muerte, al los protagonistas oponerse ante su propio destino, siendo conocedores de las pocas posibilidades que tenían de vencer, no lograron más que alargar su espera y por lo tanto su propio sufrimiento. Esto nos permite asegurar que en la lucha contra el destino éstos hombres no lograron más que aumentar no sólo su propio sufrir, también el de muchos de aquellos que les rodeaban.

Bibliografía
Camus, A. (1940). El extranjero. Buenos Aires: Emecé.
Hoffmann, W. (1975). Los Aforismos de Kafka. Berna: Fondo de Cultura Económica.
Homero. La Ilíada. México: Porrúa.
Kafka, F. (1914). El Proceso. México: Porrua.
Robert, M. (1979). Franz Kafka o la Soledad. París: Fondo de Cultura Económica.

miércoles, 20 de enero de 2010

Aportación: Literatura Comparada - Paulette L.C.

Hola a todos, ésta es mi aportación que habla acerca de la Literatura Comparada.
Saludos. :) Paulette L.C.

La Literatura Comparada tiene origen en Francia,a finales del siglo XX, fué un nuevo tipo de literatura, en la que dos textos se comparaban y como variables tenían nacionalidades distintas, diferentes lenguas y épocas distintas.

La literatura comparada intenta convertir el conocer individual o especializado en uno más amplio. Algunos ejemplos de novelas de literatura comparada son:

-Madame Bovary de Gustave Flaubert y Quijote de Miguel Cervantes de Saavedra.

La literatura comparada entra en acción cuando se comparan los dos personajes principales, en donde los dos son antihéroes, es una antítesis.

Existen tres pasos para llevar a cabo la Literatura Comparada:
Paso 1: Contrastar
Paso 2: Das el salto (Toda la humanidad busca algo)
Paso 3: Preguntarse: ¿Qué cosa hace que los humanos seamos iguales?
Respuesta: Que todos buscamos la inteligencia, la paz y la libertad.

Bibliografía:
-Mtro. Afhit Hernández. (Clase del 10 de Agosto del 2009.)

-Guillén, Claudio. Entre lo uno y lo diverso. Literatura Comparada. Madrid. Gredos. 2005.

Análisis comparativo del Camino del Héroe en La Ilíada, El Proceso y El Extranjero

Por Mafer Rodríguez Toral


“La adoración del héroe existe, ha existido
y existirá para siempre, universalmente, en la humanidad.”
- Thomas Carlyle

A lo largo de la historia de la tradición oral universal y, posteriormente, en la de la literatura, podemos encontrar un cierto patrón en los personajes principales de los mitos y leyendas de la antigüedad y, tiempo después, en los cuentos y novelas de todas las culturas. Este patrón se refiere al trayecto que recorre el personaje a lo largo de la historia, enfrentándose a ciertos ciclos que se repiten a lo largo del tiempo y las culturas. Esta travesía es conocida como “el viaje o el camino del héroe”.

Según Joseph Campbell, un historiador estadounidense que ha estudiado acerca de religiones y de mitología comparada, existen doce etapas diferentes a lo largo del camino del héroe. Estas etapas pueden ser resumidas, sin embargo, en tres partes; la separación, la iniciación y el retorno del héroe. (Campbell, 1949, pág.35)

El propósito de este ensayo es el analizar este patrón narrativo en el trayecto de los personajes principales en las obras La Ilíada de Homero, El Proceso de Franz Kafka y El Extranjero de Albert Camus. Las tres obras tienen una trama y un contexto histórico diferentes entre sí, recalcando el hecho de que la primera fue escrita más de dos mil años antes que las últimas dos. Sin embargo, a pesar de las diferencias contextuales, se busca compararlas y encontrar las similitudes que las unen, para así probar que a pesar de las diferencias, son las semejanzas las que importan para probar que, después de todo, el hombre siempre regresará al mismo punto de partida, comprobando así su propia humanidad.

En la primera etapa, se muestra al mundo ordinario (Loc. Cit.), en el que el personaje vive antes de emprender su recorrido. En La Ilíada, no se muestra esta etapa debido a que comienza ya cuando el héroe se encuentra en Troya, sin embargo, el mito dice que Aquiles se encontraba con su madre, la nereida Tetis. Durante El Proceso no podemos ver realmente cuál era la realidad de Josef K. antes de que aparecieran los guardianes, sin embargo, se puede inferir que mantenía una vida normal, viviendo solo en un apartamento, trabajando como un banquero respetable el cual no se concede muchos lujos.

En ese momento ninguno de los personajes principales podría sospechar que algo fuera de lo normal sucedería. Se encuentran a salvo, como se puede ver claramente en la manera en que se halla K. al principio de la novela; en su cama, durmiendo plácidamente, frágil y vulnerable.

Un llamado es el que llega a irrumpir la paz en las vidas de estos personajes: el llamado de la aventura (Ibíd.pág.54). Agamenón urge a Aquiles a ir a la Guerra de Troya, a arriesgar su vida por algo que ni siquiera tiene que ver con él, pero que le podría dar honor y grandeza. K. es despertado con el llamado en la puerta, la cual le revela al abrirse a unos guardias que claman que K. ha cometido un delito sumamente grave, por lo que están ahí para informarle que está bajo arresto y que un proceso comenzará pronto para determinar su culpabilidad o inocencia. Por otro lado, en El Extranjero, nos presenta un problema justo en el principio. La madre de Meursault acaba de morir. A pesar de que esta muerte no representa mucho para él, debe partir al asilo para estar presente en el velorio.

Al recibir estas inesperadas noticias, es lógico que sea una sorpresa para los personajes, por tanto, se muestran reacios, si no es que completamente determinados a no quererlas aceptar. Por un lado, para Aquiles el ir a pelear a Troya, representaría ayudar a un rey al que no tiene respeto alguno y el pelear por una causa que en realidad no le interesa.

K., está seguro de que no ha cometido delito alguno e insiste a los guardias de que están equivocados y les pide una y otra vez que le digan qué es exactamente lo que él hizo para ser enviado a un proceso, sin embargo ellos se rehúsan.

Por otro lado, Meursault no quiere ir realmente al entierro de su madre. Opina que ya no hay mucho que él pueda hacer y le parece innecesario el hecho de hacer tanto escándalo.[1]

Es en estos momentos de crisis en los que suele aparecer una persona de ayuda para guiar al héroe perdido o confundido. Los informa o entrena para que se sientan preparados para enfrentarse al desafío que les espera. En el caso de Aquiles, Tetis, su madre, habla con él y le revela su futuro. En el caso de que decidiera quedarse y no ir a Troya, éste tendría una vida larga y plena, mas su nombre no sería grande. En cambio, si emprendiera el viaje a la guerra, no viviría para regresar a su hogar, sin embargo, sería siempre recordado como uno de los más grandes héroes de la historia.

A Josef K. no se le aparece una diosa ni un sabio. Es el mismo jefe de los guardianes que lo tienen bajo arresto quien lo hace entrar en razón. Al saber éste más acerca de lo que sucede en los procesos, le aconseja tranquilizarse y seguir su vida como si nada, procurando alejarse de problemas para evitar dificultar más su caso.

A Meursault nada parece importarle realmente. Gente cercana a él intentan hablar con él, consolarlo, hacerlo sentir mejor. Sin embargo, no hay nada que puedan decirle realmente, ya que, para empezar, él no se siente mal en realidad. En ese punto crucial es en el que Marie entra a su vida. Es difícil de determinar el hecho de que juegue o no un papel como mentor o guía para Meursault. Esto se debe a que, al parecer, Meursault no quiere ser guiado a ningún lugar en particular, no le ve el caso. Sin embargo, es la que más persevera y, podría decirse que, hasta cierto punto, logra hacer un pequeño impacto en él al lograr que éste disfrute, al menos un poco, pequeños momentos como el ir a nadar o el escucharla reír.

Es gracias a la preparación ya sea física o mental que los guías les dan a los héroes, que éstos se sienten listos por fin para emprender su camino. Es así que dejan atrás el mundo ordinario y su vida pasada, para emprender una travesía nueva y llena de desafíos.[2] Aquiles se alista para partir hacia Troya y K. asume su proceso como algo que no puede evitar. Después de todo, Marie logra hacer que Meursault salga un poco de su indiferencia, aunque sea aparentemente, al preguntarle si se casaría con ella. Al responderle que sí, aunque con su manera indiferente, Meursault se está enfrentando a una situación nueva y diferente para él.

Según Campbell, una vez que el héroe cruza el primer umbral, éste se presenta ante una serie de pruebas que retarán sus fuerzas y conocimientos. Asimismo, conocerá a aliados que lo ayudarán a superarlas; y encontrará enemigos que le dificultarán su ejecución. (Ibíd. pág. 91)

Es a partir de este momento que La Ilíada de Homero, como tal, comienza. A lo largo de esta guerra, Aquiles se enfrenta con múltiples pruebas y batallas, donde encuentra enemigos, tanto entre las tropas troyanas, como en las aqueas; y aliados a la vez.

En El Proceso, K. va descubriendo poco a poco al sistema al que se enfrenta y que lo está enjuiciando. A lo largo de todo este tiempo sigue sin saber por qué lo procesan y pasa ante jueces, familiares y abogados que no le ayudan en nada, más que para aumentar su impotencia ante la Justicia. Asimismo, K., a pesar de encontrarse en medio de un proceso, logra rodearse de mujeres, a pesar de que no tengan un significado muy importante para él. Sin embargo, no logra hacerse de aliados que le sirvan, ya que con o sin ellos, la Ley sigue siendo un lugar inaccesible para él.

Las pruebas a las que se enfrenta Meursault no son para él un reto realmente. Al no importarle prácticamente nada en verdad, le parecen algo triviales, sin importancia. Sin embargo, es clara la manera en que se hace de aliados y enemigos. Al volverse el camarada de Raymond y defenderlo acerca de lo que le hizo a su mujer (o más bien no hacer nada al respecto), se hizo enemigo de los moros, ya que uno de ellos era hermano de la mujer de Raymond.

Durante el Acercamiento, siguiente etapa del camino del héroe, éste tiene éxito en las pruebas a las que se enfrenta. Aquiles, por ejemplo, se gana el respeto y admiración de los aqueos al hacerles ganas tantas batallas. Josef K., sin embargo, no logra penetrar en la Justicia ni tampoco descubre cuál es exactamente la razón por la cual está siendo procesado. En El Extranjero, nuevamente es difícil determinar cuáles son sus logros, debido a la poca importancia que Meursault les da. Sin embargo, podría decirse que después de haberse comprometido con Marie, ha sido un poco más feliz y ella, a su vez, es feliz también, o más bien lo es en parte, y no en su totalidad, ya que desearía que Meursault se interesara más por las cosas y, sobre todo, por ella.

Después de esa tregua, Campbell muestra cómo es que el clímax del héroe llega con una prueba más difícil todavía que las demás. El resultado de ésta puede determinar el transcurso de la trama del viaje del héroe, ya que esta es una prueba de vida o muerte. En el camino de Aquiles, esta prueba es la muerte de Patroclo. La manera en que asume la noticia y reacciona contra Héctor es determinante en el desenlace.

K., aunque no se enfrenta a la muerte en esta etapa, sí llega a un punto en el que ya no sabe qué creer. Pierde la fe en sí mismo, quien era la última persona en la que creía. Esto sucede porque comienza a dudar acerca de si podría ser cierto el hecho de que hubiera cometido un delito lo suficientemente fuerte como para ser enjuiciado. Entra en un conflicto en el que ya no cree en nada ni nadie.

El caso de Meursault es claro. Justo en el momento en que parecía que iba a poder vivir una vida feliz y tranquila con Marie, mata a uno de los moros que estaban enemistados con Raymond sin más razón que el hecho de que el moro lo deslumbrara con el reflejo del sol en el cuchillo que tenía en la mano.

Después de pasar esta difícil prueba, el héroe se repone del miedo y recibe una recompensa por su valentía.[3] En el caso de Aquiles, éste regresa a pelear y olvida sus descontentos con Agamenón. Ganan esa batalla y el rey le da regalos y le devuelve a Briseida al guerrero. En cuanto a K., no se puede encontrar ninguna especie de recompensa, ya que, a lo largo de la historia, se mantiene en un estado de impotencia e ignorancia total acerca de su proceso. Le es imposible penetrar en la Justicia, por lo que tampoco se le da una recompensa a pesar de sus intentos. La recompensa de Meursault no resulta ser algo bueno, ya que, al haber matado al moro y no haber intentado defenderse, termina en la cárcel, esperando también ser enjuiciado. Esta “recompensa” resulta algo irónica al compararla con la definición literal. Sin embargo, al tener en cuenta que Meursault no es un héroe clásico, sino que en realidad un antihéroe, al que no le importa nada ni nadie, resulta coherente que sea eso lo que se gane.

“Cuando la misión del héroe se ha llevado a cabo […], el aventurero debe regresar [.]” (Ibíd. pág. 179) Una vez que Aquiles ha vengado a Patroclo matando a Héctor, éste logra su cometido. En cierta forma recupera a Patroclo con el hecho de haber borrado a su asesino, por lo que él también tiene una sensación de término y al mismo tiempo de principio. Al regresar al campamento de los aqueos es recibido como el mayor de los héroes y pueden, por fin, rendirle honor a Patroclo. A su vez, después de haber librado tan grandes batallas y haber derrotado a uno de los mejores guerreros de Troya, aún después de su muerte, la profecía del nombre de Aquiles se cumple, ya que es recordado eternamente como uno de los más grandes héroes de la historia.[4]

Llega un momento en el proceso de Josef K. en el que desearía poder regresar al punto en el que no existía un proceso; el volver a su mundo normal. Sin embargo, no es posible para él ya que el su proceso continúa intermitentemente. Al final, dos hombres quienes alegan que vienen de parte de la Justicia se lo llevan a un callejón donde le entregan un cuchillo con el fin de que se quite la vida. Al no hacer lo que le dicen, uno de ellos le encaja el arma en el corazón. “‘¡Cómo un perro!’, dijo; era como si la vergüenza hubiese de sobrevivirle.” (Kafka, 1925, pág.224) Con esta cita se puede entender cómo es que, a pesar de que K. muere, en cierto modo todas las demás personas oprimidas por la Justicia le sobreviven; así como la vergüenza y la impotencia que deja tras de sí. De esta manera, también se puede interpretar cómo es que K. renace simbólicamente en todas las demás personas que quedan en el mundo.

Meursault, por su lado, también desea regresar al punto en el que no había matado todavía al moro. Descubre que en realidad extraña a Marie y a su vida como persona libre. A pesar de que comienza a acostumbrarse a su vida de preso durante su juicio, es cuando dan la sentencia que parece tener un despertar. De pronto las cosas le son más interesantes y descubre que en verdad quiere vivir. Meursault no resucita después de morir, sino que renace en el momento en que descubre que su vida tiene un fin próximo.

Con esta comparación se puede ver cómo es que estos textos tan diferentes tienen un patrón muy parecido a pesar de sus diferencias en las fechas en que se escribieron, la nacionalidad de los autores y el contexto en general en que fueron realizadas. El concepto del héroe es algo que ha existido en todas las culturas a lo largo de la historia de la humanidad y a partir de esto, podemos darnos cuenta cómo es que los textos clásicos pueden ser comparados con los textos de hoy en día. Aún cuando los personajes parecen no tener parecido alguno, en cierta forma, tienen una construcción similar, y, a pesar de que hay ciertas partes en las que no concuerdan –lo que es lógico debido a que no todas las obras literarias pueden ser completamente iguales–, tanto los héroes clásicos como los héroes o incluso antihéroes existencialistas o nihilistas de la actualidad terminan recorriendo el mismo camino juntos.


Bibliografía

Campbell, Joseph

1949 “El héroe y el dios” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “La llamada de la aventura” en El héroe de las mil caras. México: FCE 1949 “La negativa al llamado” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “La ayuda sobrenatural” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “El cruce del primer umbral” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “El camino de las pruebas” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “Apoteosis” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “El regreso” en El héroe de las mil caras. México: FCE

1949 “Cruce del umbral del regreso” en El héroe de las mil caras. México: FCE


Camus, Albert

1942 El Extranjero. Madrid: Alianza Editorial


Homero

1951 (Publicación) La Ilíada. México: Compañía General de Ediciones S.A.


Kafka, Franz

1925 El Proceso. Madrid: Mestas Ediciones



[1] En la “negativa al llamado”, Campbell aclara que la negación total a la aventura o al problema, puede provocar que el héroe se encierre a sí mismo y que, por tanto, en lugar de salvar, deba ser salvado.

[2] Esto se le conoce como “El cruce del primer umbral” (Ibíd. pág.77)
[3] Apoteosis (Ibíd. pág. 139)

[4] Esto hace referencia a “El cruce del umbral del regreso” (Ibíd. pág. 200) o bien, la resurrección del héroe.