Hector Patricio Del Castillo Vazquez
Que tal, aqui estan mis definiciones de los conceptos dados en clase:
Literatura: Todos los conocimientos, experiencias y emociones, finalmente, la esencia misma del ser humano plasmada en algun registro que las siguientes generaciones podran consultar y retroalimentar.
Belleza: Caracter relativo que rescata los aspectos mas limpios y acercados a la perfeccion de cualquier elemento.
Humanidad: Es la inocencia e ingenuidad de la naturaleza misma...
Y he aqui mi ensayo de tercer semestre, ojala les guste :)
Comparación entre los simbolismos femeninos de las obras: “La Ilíada”, “El Proceso”, y “El extranjero”
El considerar la femineidad cómo un equivalente social con la masculinidad es un tema que causó conflicto desde épocas antiguas hasta los tiempos modernos, clamando que éste era el género sumiso. Detrás de los personajes principales de los libros “La Ilíada”, “El Proceso” y “El Extranjero”, existen ciertos personajes antagonistas femeninos que parecen fungir un papel más importante en el desarrollo de sus historias. Por supuesto tanto la diferencia abismal de épocas entre los autores y las posiciones geográficas como la visualización de los derechos de la mujer con su respectivo contexto social son factores que podrían mermar los posibles símiles que se encontrasen escondidos en las tres obras. Pero considero que la opresión femenina crea una idea inversa al propósito del mismo; y que esta idea rompe las barreras del tiempo, y hace intersección en algún aspecto de la naturaleza humana.
La Ilíada, es una novela épica de la antigua Grecia. Se especula que su realización data del siglo 8 a.C., y se le acredita al poeta ciego, Homero. Los epítetos, los sonidos ditirámbicos y la importancia del “hybris” hacen alusión a una época de héroes valientes, de supremacía en batalla, y de Dioses con deslices humanos. Ordenado por línea del tiempo, la historia cuenta en retrospectiva el supuesto rapto de la mujer más hermosa del mundo y cónyuge del líder griego, Menelao, Helena de Troya; por parte del príncipe Troyano, Paris. Esto da comienzo a la guerra Griega-Troyana. Es por eso que el ejército griego acude ante el Pélida Aquiles, el guerrero más fuerte y admirado por toda Grecia, para pedirle ayuda en el combate contra el frente Troyano. La madre de Aquiles, la diosa Tetis, le comenta su destino a su hijo. Si había de combatir en la guerra, perdería la vida, pero a cambio sería recordado para siempre. Es entonces que decide participar en la guerra. Por cuestiones personales, el rey Agamenón, al poner cautiva a Briseida, amante de Aquiles; hace que Aquiles entre en cólera y permanezca inactivo durante la mayor parte de la lucha. La obra comienza aquí.
Durante la lucha incansable por parte de ambos flancos, se introducen personajes de nombres temidos y valentías inigualables, y la actividad divina asimismo juega un papel importante en la feroz guerra. Varios dioses en el Olimpo anhelan también participar en la batalla, pero Zeus, dios del cielo y los rayos, se comporta siempre de manera arbitraria y sosiega los deseos de intervención por parte de los otros dioses. Es aquí donde la diosa Hera, esposa y hermana de Zeus, interviene y forma parte del simbolismo femenino. La diosa de los níveos brazos, formaba parte de los dioses en pro de los guerreros griegos. En un intento por fomentar la intervención divina, la diosa de la fertilidad seduce a su esposo y lo distrae de su vigilia.
Sin lugar a dudas, los personajes humanos femeninos de la Ilíada parecen representar una parte importante de la integridad sentimental de los personajes. La belleza femenina, Helena de Troya, anhelada por parte del rey de Lacedemonia, Menelao y el príncipe Troyano, Paris; es el objeto de codicia entre ambas naciones. Concederle tal magnitud de importancia a una mujer humana parece darle un símbolo más importante a ella, que el de esposa y amante codiciada. Considero que Helena de Troya simboliza lo que muchas naciones anhelan tener, y que sólo por medio de la guerra se puede obtener, el poder. Es lo mismo que ocurre con la cautiva amante del Pélida, Briseida.
Mas los personajes divinos de la historia representan un rol más importante que el humano. La diosa Hera, de carácter volátil y contradictorio al de su esposo Zeus, siempre está en constante riña. En la sociedad común Griega una mujer con dichas características sería callada por la sociedad o por su mismo cónyuge. Mas el valor de mando que le dan a la esposa del dios de dioses, y la sumisión aparente que éste tiene a veces ante sus explosivas reacciones sugieren que, por lo menos en el etéreo Olimpo, tanto las deidades femeninas como las masculinas ocupan un lugar equivalente, en cuanto a autoridad.
Comparando esta lectura con la siguiente titulada como “El Proceso” publicada en 1925, y escrita por Franz Kafka nacido en Praga, actual Republica Checa, encontramos ciertos matices y diferencias sustanciales. Por ejemplo, el brinco de épocas entre ambas lecturas cambia la estructura social y la visión que se tiene ante Dios, cambiando el estilo de escritura y sustituyendo los epítetos por cuestiones existenciales. El intento de K, el personaje principal, por encontrar la razón en su particular caso absurdo e ilógico sumerge al lector en un ambiente denso e incoherente. Pero los símbolos femeninos individuales en esta historia no se hacen notar tanto como en el heroico cuento griego.
La historia comienza con Josef K, despertando en su habitación. En él, entran hombres de una organización desconocida que lo someten a un juicio por cometer un crimen, dando comienzo a su Proceso. Durante la lectura, se puede apreciar el inútil intento de K por saber la razón por la cual inició su Proceso. Toda la gente a la que acude parece hundirlo más y confundirlo acerca del supuesto crimen que había cometido. Dentro de las personas a las que acude por ayuda, existen elementos femeninos que forman parte de su particular caso. También de estos se pueden apreciar los lazos amorosos que desarrolla el autor con algunos de éstos.
Ejemplos de personajes femeninos a los que pide ayuda o que le brindan ayuda son: la señora Grubach, la dueña de la casa, con la que mantiene una relación muy buena. En una ocasión charla con él acerca de su Proceso. Su sobrina, Erna que vive también en la misma ciudad, le envía una carta en la que le comenta que su padre, el tío de K, irá a ayudarle en su caso. En otra ocasion K se dirige a una reunión con el magistrado para discutir su caso. Ahí, no encuentra al magistrado, pero se topa con la esposa de un ayudante, a quien también recurre para pedir ayuda acerca del tema de su Proceso. En cuanto a la vida sentimental de K, su primer encuentro amoroso es con la señorita Bürstner, inquilina de la misma casa en la que K se hospeda. A ella va primero con intenciones de disculparse. K entra a su habitación y le explica la razón de su disculpa. Casi cuando el capítulo termina, él la besa apasionadamente. También tiene sentimientos de amor hacia la enfermera y ayudante de su abogado, Leni.
Todas estas mujeres parecieran ser solo la “escenografía” de la historia, pero hay ciertas importancias en cuanto al desarrollo de la historia que se pueden apreciar. Considero que el simbolismo femenino en esta obra reside en la fuerza para quitar la tensión de los hechos. Cuando K parece tener un mal encuentro con los resultados de su Proceso o con las autoridades que manejan su caso, aparece una figura femenina que apacigua la continuidad de la historia. Sea como un encuentro amoroso, o como un encuentro, creo que la femineidad para el autor simbolizaba un regresar a la seguridad que sólo una madre puede dar en tiempos de confusión.
La tercera obra, titulada “El extranjero”, por el escritor francés Albert Camus, y publicada en 1942, también toma lugar dentro de las obras del siglo XX. “El extranjero” tiene un enfoque casi similar al de “El Proceso” por el contexto histórico, pero considero que en esta obra la importancia femenina se hace notar más, aunque hayan menos personajes femeninos. Siendo en 1944 el año en que las mujeres ejercieran sufragio en Francia, la historia da indicios de la mentalidad del escritor tanto por la sumisión de ciertos personajes femeninos a lo largo de la historia, como la posición geográfica en dónde la historia tomó lugar, la entonces Argelia Francesa.
Relata la historia sobre señor Merceault, un oficinista que recién recibió la noticia de que su madre había muerto. El personaje en ningún momento parece tener una reacción negativa ante esto, y sin el menor sentimiento asiste a su funeral. Días después conoce a la que se convertiría en su novia, la morena María, y un hombre llamado Raymond que se volvería su amigo. Raymond tenía una relación con una mujer de aspecto moro. Un día Merceault descubre que la mujer sufría de maltrato físico por parte de Raymond, a lo que el protagonista responde con indiferencia. Días después, en una reunión en la playa, Raymond y Merceault son atacados por dos árabes que parecen ser familiares de la mujer mora. Merceault, agobiado por el intenso calor marino, usa una pistola y asesina a uno de los árabes. Después de este punto, Merceault es encarcelado y su pernicioso destino es revelado por ley de Hammurabi. En este punto, Merceault empieza poco a poco a perder la cordura que tenía, y finalmente termina por abandonar sus pensamientos nihilistas acerca de la percepción de la vida, y empieza a sentir miedo por su destino.
La mayoría de los personajes femeninos en esta obra, al no ser analizados por el “nuevo” Merceault que nació en las paredes de la cárcel, no dejan espacio a una interpretación importante, a excepción de María, por la que terminó desbordando sus sentimientos. Al principio, María, para Merceault, parecía ser sólo un objeto de placer sexual, ya que ante la propuesta de matrimonio que le hizo María, Merceault le fue indiferente, y sus encuentros eran, la mayoría, de índole sexual. Pero después de su desapego al nihilismo detrás de las rejas, Merceault termina por revelar sus verdaderos sentimientos hacia María, citando la frase “…quizá hace mucho tiempo, había buscado allí un rostro [el muro]. Pero este rostro tenía el color del sol y la llama del deseo: era el de María” . Esta frase deja muchas interpretaciones, pero analizando los adjetivos que utilizó el protagonista, su idealización hacia María, su actual afecto hacia el género opuesto, podría dejarnos ver la opinión del autor acerca de la importancia que coloca hacia la pareja femenina en unan relación, ya que la misma frase le da como pseudónimo a María “la mujer con el rostro del color del sol”.
Ciertamente los elementos femeninos en las tres obras y con su respectivo contexto, dejan ver sociedades en las que, o la mujer era oprimida en los siglos antes de Cristo, o era apenas el auge de su incorporación a la sociedad económicamente activa del siglo XX. Cada autor, a su modo, idealizó a los personajes femeninos de sus obras, y unos mas que otros, dejaban ver que quizá detrás de la opresión femenina, existía una sentimiento diferente. Considero que el sentimiento de seguridad, para unos, y de autoridad, para otros proyectados en las mujeres de las tres obras son similares en cualquier era de la existencia y que formaron, forman y formaran una parte muy importante en la integridad del hybris masculino.
Fuentes:
Homero, La Ilíada, Porrúa, México D.F., 2005
Franz Kafka, El proceso, Librodot.com, www.librodot.com, 2002
Albert Camus, El extranjero, Editorial Booket, México, 2006
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